Es época de estar sometidos en las rutas a los rigores del tiempo.
Se abre la mañana;cielo encapotado y una amenaza patente de lluvia. Hay ganas de salir a rodar después de la típica semana cargada y como se suele decir,para un día que puedo... Es un día que se dice crudo.Algo de fresco,solo eso,pero mucha humedad y aparece el orbayu para darle un punto de interés al esfuerzo.
Ya metidos en harina la cosa cambia,no es lo mismo comenzar con malas condiciones que a mitad de camino comience a llover.Ya estando en caliente se lleva bastante bien.
Nuestros típicos recorridos ya apenas recordados en estas resbaladizas condiciones vuelven a cobrar un cariz muy diferente.
La técnica para afrontar los descensos es un valor en alza ahora y la capacidad de sufrimiento y una mente poderosa la llave que te hará subir sin bajarte de la bici.
No hay camino igual a otro,no hay recodo en el que se pueda uno relajar del todo. Todo importa cuando las condiciones son más duras y hay que adaptarse.